De vuelta en el Palacio Zafiro...
—Suena divertido, ¿verdad? —Aries soltó una risita mientras le contaba a Curtis todo lo que se desarrollaría en la corte real esa mañana, lo cual ya estaba ocurriendo—. Las realezas no están exentas de la Ley Maganti, pero tenían privilegios y seguían ciertas reglas del palacio. Joaquín lo sabía muy bien. Por eso esperó pacientemente para arrastrar el nombre de Ismael por el barro.
Se recostó en el respaldo del diván, dejando caer un brazo sobre él. —Así que, al arrastrar el nombre del emperador, no les quedaba otra opción que confirmarlo por el mismo emperador. Como él no se había involucrado en los asuntos de la corte y nadie realmente lo había visto aparte del príncipe heredero, sería más difícil condenar a Ismael ya que no había quien mediara entre el tercer príncipe y el príncipe heredero.