—¿Qué está sucediendo aquí? —susurró una dama a otra con curiosidad—. No entiendo el repentino alboroto —o más bien, el abrupto silencio y la larga pausa del novio al sellar la unión.
La dama a su lado se inclinó y le susurró al oído mientras lo cubría con su abanico. La dama, que desconocía esta historia no contada del "trofeo" favorito del príncipe heredero, abrió mucho los ojos, escuchando la charla.
—Oh, buen Dios —exclamó y se cubrió la boca abierta. Le lanzó a la otra dama una mirada cómplice, mientras la anterior asintió y colocó un dedo en frente de sus labios para advertirle no hablar al respecto.
Al parecer, la cara de pie frente al príncipe heredero del Imperio Maganti era alguien muy familiar. Cambiando el color de su cabello a un deslumbrante y exuberante verde, ella sería 'esa' mujer tonta.