```
—Simplemente lo hago porque se aburrirá de estar en su habitación durante días —Dexter miró fríamente a Abel sentado frente a él en el carruaje del marqués. Sabía incluso antes de ir al palacio imperial que Abel quería aprovechar el regreso del marqués para ir a casa. Abel podía simplemente volar, aunque tenía que esperar a que cayera la noche para que nadie lo notara.
—Está bien, lo que tú digas, querido —Abel se encogió de hombros juguetonamente, deslizando su dedo para asomarse por la cortina—. Simplemente me sorprende que te hayas enamorado de ella. Mi Aries es verdaderamente increíble.
—¿No crees que ella es mucho más asombrosa ya que tú también caíste en sus trucos, Su Majestad? —Dexter preguntó indiferentemente, con la vista fija en Abel. Estaba al tanto de los planes de Aries después de reflexionar sobre ellos, e incluso los elogiaba. Solo mostraba lo perspicaz que era.