—Me haces querer perseguirte, Ari —dijo Xavier con la voz más seductora que Ari haya escuchado jamás. Su rostro se tornó rojo mientras lo fulminaba con la mirada. ¿Había terminado de dar un sermón completo sobre por qué deberían mantenerse alejados el uno del otro, y esa era su respuesta?
¿Algo andaba mal con él?
Ari exhaló. Estaba enfadada, pero no dijo nada. Simplemente se volvió hacia su comida y comió.
No había necesidad de andarse por las ramas. Ya le había dicho lo que quería decir. Quedaba de su parte tomarlo o dejarlo, pero ella no saldría con él otra vez.
—¿Tienes novio? ¿Es esa la razón por la que no quieres pasar tiempo conmigo? —preguntó Xavier mientras ella comía, pero Ari solo lo miró de reojo y no respondió.
Xavier no dijo nada más. Era obvio que ahora estaba enfadada. Hubo un largo momento de silencio antes de que él se disculpara;
—Lo siento.
