```—Te deseo, hermosa. Te deseo tanto que me está volviendo loco, niña linda —Nicklaus se puso de pie, aún sosteniéndola. Sus manos agarraron su cuello, y la besó, brusca y apasionadamente. Tiana se sentía como si estuviera flotando. Su cerebro daba vueltas. Sus manos agarraron su camisa, y ella le correspondió el beso. De repente, oyó platos estrellándose en el suelo, pero eso era lo menos importante en ese momento. Sus piernas rodearon sus caderas mientras desabrochaba rápidamente sus botones.
Ella le sacó la camisa de las manos, sus labios todavía conectados, los dedos de Nicklaus levantaron su vestido rojo, buscando camino dentro de sus braguitas.
—Joder... —Tiana gimió mientras trataba de cerrar sus piernas, pero Nicklaus estaba entre ellas, así que era imposible.
—Rayos, estás mojada —él gruñó, y ella hizo que su erección se endureciera más.
Tiana gimió, mordiendo su cuello mientras él se movía dentro y fuera de ella; sus dedos agarraban su cabello.
