Él apartó el cabello de su rostro y le dio un ligero toque en la barbilla.
—Despierta.
Los ojos de Diana se abrieron de golpe y se fijaron en los de él. —Oh, ¿me dormí? Sonrió levantándose en el sofá. Michael asintió.
—No quería despertarte, pero no podía dejarte sola en el sofá.
Diana rió. —Ahora iré a dormir, déjame mostrarte tu habitación, puedes entrar cuando termines; su voz estaba ronca. Michael sonrió mientras la observaba levantarse tambaleante del sofá. Se frotó los ojos y recogió su manta que había caído al suelo, caminando por el pasillo, Michael la siguió.
—Todo lo que necesitas está aquí, mi habitación está al lado de la tuya, puedes llamar si necesitas algo, de acuerdo, buenas noches. Sonrió débilmente, girando hacia su habitación.
—Sí, duerme bien.
…
Nicklaus despertó con Tiana sobre él besando su rostro.
—Esposo, nuestra luna de miel comienza hoy… —susurró en sus oídos, mordisqueando su lóbulo. Nicklaus gimió, envolviendo sus manos alrededor de ella.