—Esposo, mi anillo es tan bonito —dijo ella.
Nicklaus levantó la vista para mirarla en el espejo, frunciendo un poco el ceño —¿lo es?
Ella asintió con una dulce sonrisa —Quiero conseguirte algo así, ¿dónde lo compraste? —preguntó, sus labios sonriendo radiantes.
Nicklaus fijó su mirada en su reflejo en el espejo y una sonrisa se extendió en sus labios, sabía que ella sospechaba algo, tal vez alguien había reconocido el anillo en el trabajo, él pensó pero no cedió.
—Es un anillo común, lo puedes encontrar en cualquier tienda —respondió Nicklaus casualmente.
Tiana observó su reflejo por un momento y sin previo aviso, tiró de su cabello juguetonamente.
—No sabes mentir, querido esposo. ¡Este anillo costó más de diez millones de dólares! ¿Por qué gastarías tanto en un simple anillo? —lo regañó, con un puñado de su cabello aún en sus manos.
Nicklaus se rió, sosteniendo la mano en su cabello y trayéndola para sentarla en su regazo.