Tiana gimió en voz alta, sus caderas se retorcían a su alrededor; su mirada lujuriosa lo observaba con desesperación, si él hacía eso de nuevo, ella estaba segura de empujarlo al suelo para cabalgar sobre él;
—Bebé, por favor, fóllame —dijo sin aliento y una sonrisa curvó sus labios; él vio la desesperación en sus ojos y decidió ceder; sujetando firmemente sus caderas, se adentró en ella; estirándola más allá de sus límites;
—Oh Dios —Tiana gritó fuerte, tomando el placer que él le proporcionaba; Nicklaus comenzó a moverse más rápido, subiéndola contra la pared de cristal, sus embestidas se volvían irregulares mientras la penetraba, de repente ella lanzó un grito, sus ojos se revolvieron hacia atrás, joder, él acababa de encontrar el punto exacto;