—¿Quieres acostarte conmigo?
Michael casi se atragantó con su saliva; sus ojos se agrandaron tremendamente mientras miraba a la mujer de cara ruborizada frente a él.
—Soy hermosa y tengo pechos grandes. A los hombres les gustan los pechos grandes, ¿verdad? —Sus ojos se curvaron en medias lunas mientras reía—. Y soy… —Se inclinó más cerca para susurrarle a Michael, quien a su vez se echó hacia atrás en shock—; ...soy virgen, a los hombres les gustan las vírgenes, ¿no es así?
Los labios de Michael se abrieron de asombro y se giró hacia el barman a su lado, el hombre estaba tan shockeado como él.
¿Estaba loca?
Diana rió soñolienta mientras tropezaba, casi cayéndose, pero Michael la sostuvo.