—Se mordió el labio inferior mientras el dolor que sentía dentro se transformaba en ira y resentimiento; en ese momento, todo su cuerpo se inundó de resentimiento y furia.
—¿Cómo podía Dios permitirle conocer a un alma tan malvada?
—Se lamentaba mientras marcaba el número de su hermana; su cabeza aún retumbaba, así que se sentó en el sofá y cerró los ojos;
—Tiana, ¿cómo estás? Lo siento, no he podido llamar porque he estado ocupada…
—Gwen…
—Las palabras de Gwen se cortaron cuando escuchó a su hermana llamarla débilmente; frunció el ceño;
—Tiana, ¿qué pasa? ¿Estás bien?
—No, Gwen, no estoy bien, quiero que vengas —Tiana habló despacio. Su respiración se entrecortó.
—Gwen estaba atónita;
—Está bien, ella no se sentía bien, pero ¿no estaba Nicklaus allí? Él debería poder cuidarla. ¿Por qué la llamaba ella, había algún problema?