—Ah, ah, duele —Tiana exclamó, mitad riendo y mitad llorando; se aferró a la mano de Nicklaus mientras el profesional dibujaba en su brazo. Nicklaus le colocaba tiernos besos en su rostro, como intentando quitarle el dolor—. ¿Quieres que ella se detenga?
—¡No! —Tiana exclamó incluso antes de que Nicklaus pudiera completar la pregunta y él rió—. Entonces tienes que soportar el dolor, ¿okay? Pronto se acabará.
Ella asintió y mordió su labio inferior, su rostro todo rojo.
El tatuador había dibujado las tres estrellas que ella quería en sus pechos, era muy lindo pero todavía estaba rojo y doliendo por lo que Tiana no quería tocarlo. Después de eso, optó por obtener un diseño floral morado en su brazo, a Nicklaus no le gustaba la idea porque ella ya estaba roja por el que se había hecho, pero ella había insistido.
—¡Listo! —La mujer exclamó con una sonrisa cuando terminó con el tatuaje, lo limpió con las toallitas antes de dejar que Tiana se levantara.