Cuando las cinco mujeres decidieron terminar la noche, Gu Yuyao y Lin Qianrou fueron recogidas por He Lianchen y Xu Wenyang. Ellos ofrecieron llevar a Tang Moyu y Lu Tianxin, pero las primas se negaron, diciéndoles que no estaban muy borrachas y podían regresar manejando al Jardín de Durazno en Flor, donde sus niños las esperaban.
Mientras tanto, Li Meili, quien había sido la mente maestra detrás de la salida de esta noche, ya se había marchado hace una hora ya que tenía una agenda apretada al día siguiente, dejando a las chicas a su suerte.
—Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto —rió Lu Tianxin junto a Tang Moyu mientras se dirigían hacia el estacionamiento donde estaba el coche de la emperatriz. Pero antes, necesitaban salir de este bar lleno de gente y salir al exterior para llegar a su destino.