—¿De qué se trata? —le preguntó curiosamente. Tang Moyu no había dejado de notar que Feng Tianyi y sus niños estaban vestidos como si hoy fuera una ocasión especial.
Intentó recordar qué día era y si estaba olvidando algo, pero no era así. Tang Moyu no podía recordar que hoy fuera el cumpleaños de alguien ni que alguien celebrara una ocasión especial.
Sus pequeños bollos raramente le ocultaban algo y solo podía suponer que su comportamiento inusual se debía a que ella no siempre estaba presente para cuidarlos. De hecho, sentía un ligero remordimiento al pensar que Feng Tianyi siempre estaba ahí para cubrirle cada vez que ella estaba demasiado ocupada en el trabajo.
Si tan solo pudiera reducir su tiempo de trabajo para asegurarse de que los gemelos no sintieran que los estaba ignorando y que se había olvidado de ellos. Lo último que Tang Moyu quería era que sus pequeños bollos pensaran que ya no los amaba.