Cuando Tang Moyu y sus gemelos llegaron a casa en el Jardín de Durazno en Flor, se sorprendió al ver un coche aparcado frente a su casa. No esperaba ningún visitante hoy ya que recientemente habían regresado de Pekín.
La Tía Lu salió a recibirlos en la puerta principal y les ayudó con su equipaje.
—Tía Lu, ¿esperábamos algún visitante hoy? —Tang Moyu le preguntó a su ama de llaves mientras se quitaba el abrigo exterior mientras sus gemelos corrían hacia la cocina para conseguir algo de beber. Sus niñeras les seguían, ayudándoles a echar agua en sus vasos.
—El Joven Maestro Li vino esta mañana, Moyu. Ahora está con el señor Qin. —La anciana respondió.
—¿Li Yuanyi? —Tang Moyu estaba impactada. Nunca pensó que el hermano de Li Meili vendría a su lugar. ¿Qué querría esta vez? Se preguntó.
—¿Dijo por qué vino hoy? Meili estuvo con nosotros antes. No mencionó nada sobre su hermano en absoluto. —Le dijo a la Tía Lu.
