Eran casi medianoche cuando Tang Moyu y Feng Tianyi se encontraron libres de las distracciones de todos. Feng Tianyi estaba acostado en el sofá con la cabeza en el regazo de la emperatriz mientras ella estaba ocupada revisando los documentos que él había traído consigo.
—Esto está bien. No creo que necesite añadir nada más —dijo ella antes de pasar a la siguiente página. Compañía de Diamantes Xiao Xing necesitaba estar completamente operativa en tres meses antes de que la producción real de los diamantes comenzara.
Feng Tianyi abrió un ojo antes de girarse hacia un lado, enterrando su rostro en el abdomen de la emperatriz, para su gran sorpresa.
—¿Qué estás haciendo? —Sus ojos se estrecharon hacia él mientras bajaba los papeles que estaba leyendo.
—Abrazándote. Te extraño, Moyu. No sabes cuánto tiempo he esperado solo para poder abrazarte ahora —dijo Feng Tianyi con voz amortiguada.
