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Mientras Tania escuchaba a las dos princesas frente a ella, una furia pura florecía en su pecho. No lo sabía, pero sus ojos se habían vuelto violetas. Toda su furia se transformó en su magia y lo siguiente que supo fue que algo escapó de su pecho. Era como una chispa que se enroscaba alrededor de sus manos y rizaba alrededor de sus dedos.
Eri y Petra la miraban con sus pechos latiendo salvajemente. Eri dijo— no sé qué estás haciendo, pero si fuera tú, tendría mucho cuidadoooooo— lo siguiente que escuchó fue un "croar". Eri se aclaró la garganta y repitió la palabra, 'cuidado', pero se escuchó a sí misma diciendo "croar, croar".
Perpleja, se giró para mirar a la Princesa Petra y casi saltó hacia atrás cuando en lugar de Petra había una rana verde en el sofá, croando algo— croar, croar.
La Princesa Petra o la rana Petra saltó en el sofá, sus largas piernas dejando un rastro viscoso detrás.