—Alrakis miró a Taiyi incrédulo. Cuando vio a Nerio frente a ellos, ni él podía creer lo que veían sus ojos. Era como si hubiera resucitado de entre los muertos. Pero por la forma en que se comportaba y hablaba con ellos, no tenía dudas de que era Nerio. Desde que Taiyi le había hablado sobre Nerio, todo lo que quería era capturarlo y matarlo lentamente y dolorosamente, haciéndole soportar cada uno de los dolores que había infligido a su compañera y esposa. El mero nombre 'Nerio' lo llenaba de angustia y una ira sin límites.
Estaba detrás de Nerio cuando hablaba con Taiyi. Nerio se tambaleaba. Alrakis aceleró el delfín tras él. Y para su salvaje sorpresa vio que Nerio había cerrado los ojos y su rostro estaba retorcido de dolor. Otro mechón de cabello se volvió blanco. Sostenía la alforja firmemente como si contuviera algún tesoro.