Pronto, la comida fue servida. Mo Yun tomó la mano de Mo Rao y le acomodó el asiento al lado de Shen Feng.
Mo Yuan sonrió y no dijo nada. Él lo aprobó.
Mo Rao sintió que no era apropiado, pero no dijo nada y se sentó obedientemente. No podía avergonzar a Shen Feng en público.
—Ven, Rao Rao, este es el pez amarillo al vapor que hice. Pruébalo —Shen Feng sirvió la comida a Mo Rao pensativamente.
Mo Rao asintió y dio un bocado. Luego, alabó generosamente:
—¡Es delicioso, muy delicioso!
Mo Yun de inmediato comenzó a tomar crédito por su hijo:
—Shen Feng insistió en cocinar personalmente desde que elogiaste sus habilidades culinarias anteriormente. Antes, era demasiado perezoso para cocinar. Este es el poder del amor.
—Mamá, no digas tonterías —Shen Feng estaba un poco avergonzado—. No quería que Mo Rao se sintiera presionada por esto.
