—Mis padres solían ser médicos en el Hospital Guotai. Ya sabes, antes de que fallecieran, solía ir al hospital a jugar. Fue cuando tú tenías 17 años. En ese momento, te habías lesionado y te enviaron al hospital con una fractura. Te vi en la habitación y pensé que eras muy guapo, así que cuando estabas hospitalizado, aprovechaba para echar unas miraditas cada día. ¿Es suficiente? —Mo Rao dijo de un tirón.
Fu Ying quedó atónito. Cuando tenía 17 años, en efecto se había fracturado la pierna jugando al fútbol y había sido hospitalizado en el Hospital Guotai.
En aquella época, no conocía a Mo Rao, y nada le había sucedido aún a sus padres.
Vagamente recordaba que se había sentido muy aburrido durante ese tiempo. Solo podía yacer en una cama del hospital y ver la televisión y leer cómics. Su pierna estaba envuelta en una venda de yeso y no podía moverse en absoluto.
De vez en cuando, sentía que alguien lo espiaba secretamente desde la puerta, pero nunca vio a nadie.
