—Mamá, me siento mucho mejor. Ya se me ha ido la fiebre. No te preocupes —Con una sonrisa, Mo Rao sacó una silla y se sentó. Su voz era suave y reconfortante.
Mo Wan le dio a Mo Rao una mirada significativa —Es bueno que tu fiebre haya bajado.
—Sí —Asintiendo, Mo Rao se inclinó para comer su desayuno.
Mo Wan puso un tazón de leche frente a Mo Rao —Toma un poco de leche.
Mo Rao tomó la taza y sonrió dulcemente —Vale, gracias, Mamá.
Al ver sonreír a Mo Rao, Mo Wan estaba feliz.
Ella dijo —Tu salud realmente me preocupa. Haré que el personal de la cocina prepare más comida deliciosa esta noche. ¿Quieres comer cangrejo rey? ¿O langosta australiana? Estos alimentos son nutritivos.
Eran todos mariscos. Mo Rao quería vomitar solo de pensar en el olor a pescado del marisco.
No parecía poder aceptar el olor en ese momento.
—Mamá, quiero comer algo picante —dijo Mo Rao con sinceridad.
Solo tenía que comer menos cantidad. Al menos su estómago se sentía mejor.
