Todo estaba listo. Después de que el Director Zheng gritara —¡acción!—, el reparto entró en acción.
—¿De verdad puedes saborearlo ahora? —En el escenario, Mo Rao dijo con una expresión sorprendida.
Fuera del set, Fu Ying miraba a Mo Rao absorto. Si fuera posible, no quería ni pestañear.
Como era de esperar, la brillantez de Rao Rao alcanzaba su punto máximo cuando estaba actuando.
Justo cuando Fu Ying estaba concentrado en Mo Rao, de repente se dio cuenta por el rabillo del ojo de que un atrezo en el lado derecho de la cabeza de Mo Rao parecía haberse balanceado.
Inicialmente, Fu Ying no le dio importancia. Después de ver que el hilo que ataba el atrezo no parecía soportar el peso del mismo, Fu Ying levantó la mirada.
Luego, vio el atrezo caer varias veces más, dejando solamente un hilo transparente sosteniéndolo. Inmediatamente exclamó —¡Rao Rao! ¡Cuidado! ¡Muévete! ¡Muévete!.
Mientras gritaba, corrió hacia Mo Rao.
