Mo Yuan estaba un poco desacostumbrado a la calma.
Mo Rao miró a Mo Yuan divertida. —¿No es eso algo bueno? No tienes que lidiar con tantas cosas y hasta puedes descansar. ¿No es bueno?
Al escuchar la pregunta de Mo Rao, Mo Yuan se rascó la cabeza y se rió.
—Simplemente no estoy acostumbrado.
Era como cuando uno ya había preparado todo tipo de contramedidas y contraataques, pero la otra parte no atacaba en absoluto.
¿Hmm… había una sensación inexplicable de vacío?
Mo Rao miró a Mo Yuan. No tenía idea de lo que él estaba pensando.
—Bien, Rao Rao, el maquillaje está listo.
Cuando escuchó la voz del maquillista, Mo Rao volvió en sí y se miró en el espejo.
—Eres tan hermosa. El maquillista al lado no pudo evitar maravillarse.
Mo Rao encontró los ojos del maquillista en el espejo y sonrió. —Todo es gracias a tus hábiles manos que mi maquillaje se ve bien.