—Rao Rao, ¿aún estás dispuesta a darme una oportunidad? En realidad, todavía te importo, ¿verdad? —Fu Ying extendió la mano e intentó sostener la mano de Mo Rao.
Sin embargo, en el momento en que tocó a Mo Rao, ella volvió en sí.
—Fu Ying, nuestra relación ya es cosa del pasado. —La actitud de Mo Rao era tan fría como siempre—. Solo me importas porque no quiero deberle nada a nadie. Así, será más fácil para nosotros estar en paz.
—No te creo. —Fu Ying prefería engañarse a sí mismo antes que creer que Mo Rao realmente ya no lo tenía en su corazón.
—Fu Ying, todavía espero que puedas vivir una buena vida. —Mo Rao suspiró—. No quiero que te aferres al pasado.
Al oír esto, Fu Ying solo sonrió con amargura.
—¿Cómo puedo vivir una buena vida sin ti? —Su expresión traicionaba sus sentimientos.
Fu Ying comprendió esto cuando Mo Rao desapareció.
Después de que Mo Rao se fue, Fu Ying se dio cuenta del lugar que ocupaba Mo Rao en su vida.
