—Fu Ying, ni siquiera pienses en usar este truco para engañar a Rao Rao otra vez. Si envías comida a mi casa, solo yo la comeré —Mo Yuan sonrió orgullosamente y regresó a casa.
Fu Ying observó cómo Mo Yuan entraba en la casa y cerraba la puerta de un golpe.
Desearía poder ver a Mo Rao, pero Mo Rao no aparecía.
Fu Ying había escuchado de Gu Hai que a Mo Rao le gustaba comer shumai, y lo recordó. Aunque trabajó hasta tarde anoche, aún se quedó despierto hasta tarde para hacer shumai para Mo Rao.
Al final, Mo Yuan se comió todos los shumai.
Con la advertencia de Mo Yuan, la vida de Mo Rao fue pacífica por algunos días más.
Era como si Fu Ying hubiera desaparecido de su vida. Mo Rao a veces se preguntaba por qué Fu Ying no tenía movimientos en absoluto, pero luego rápidamente dejaba de pensar en él.
Si siguiera pensando en él, perdería.
