En el avión de regreso al país, Mo Rao estaba durmiendo.
De repente, Mo Yuan la tocó y dijo en un tono cariñoso e impotente, —Pequeña ances-tra, has estado durmiendo todo el camino. ¡Despierta!
Mo Rao llevaba un vestido blanco puro con un lazo azul claro en la cintura. Sus extremidades eran hermosas y esbeltas, y parecía una mariposa blanca pura.
Al escuchar la voz de Mo Yuan, se quitó la venda de los ojos, revelando un par de ojos almendrados y brillantes. Sonrió y dijo, —¿Vas a interferir con mi sueño?
—¿Cómo me atrevería a interferir con tu sueño? —Mo Yuan estaba divertido—. El tiempo es apretado. Mira los papeles que encontré para ti. Hay películas, programas de variedades y dramas de televisión. Apúrate y elige.
Mo Rao echó un vistazo a los guiones y dijo de manera muy distante, —Hermano, tú puedes tomar la decisión.
—¿Estás segura? —preguntó Mo Yuan.