—No hay de qué, Hermano Zhang —Mo Rao sonrió.
Zhang Zhe había sido tan bueno con ella y hasta le había dado el trabajo que más necesitaba en el momento. No podía pagarle y solo podía ayudar desde este aspecto.
Después de la cena, Mo Rao y Fu Ying se despidieron.
De camino a casa, Mo Rao miraba tranquilamente el paisaje, pero lentamente notó que la ruta era incorrecta.
—¿A dónde vamos? ¡Este no es el camino a casa! —Mo Rao preguntó frunciendo el ceño.
—Unos amigos me pidieron que saliera. Queda de camino —respondió Fu Ying con calma.
¿Cómo que quedaba de camino?
Mo Rao negó con la cabeza. —No voy a ir. A ellos no les caigo bien. Bajaré sus ánimos.
Los amigos de Fu Ying probablemente sabían que él le gustaba Qu Ru, y Mo Rao era solo un sustituto.
Si ella fuera, sería despreciada y enfadaría.
Inesperadamente, Fu Ying respondió, —¿Cómo puede ser? A nadie le caes mal. ¿No eres popular?
¿De lo contrario, por qué a todos en la familia Fu les gustaría tanto ella?