Al ver que Mo Rao aún no hablaba, Fu Ying extendió su mano irritado para agarrar su brazo.
Sin embargo, Mo Rao esquivó y entró en la sala de estar.
Fu Ying frunció el ceño y la siguió.
—Fu Ying, dile a Qu Ru que si se atreve a atacar a Lin Qun de nuevo, ¡la mataré! —Mo Rao se sentó en el sofá y su voz era aterradora y fría.
Observó a Fu Ying con frialdad, sus ojos ardían con una ira sin precedentes.
Fu Ying se quedó atónito. —¿De qué estás hablando? —preguntó.
—Dije que si Qu Ru se atreve a atacar a Lin Qun de nuevo, mataré a tu querida Xiao Ru para vengar a Lin Qun. ¿Entiendes? —Mo Rao de repente se agitó. Se puso de pie bruscamente y señaló a Fu Ying mientras le gritaba agitadamente.
Fu Ying nunca había visto a Mo Rao tan histérica. Estaba conmocionado e inmediatamente fue a agarrar la muñeca de Mo Rao. —Cálmate. ¿Qué sucedió? —preguntó.