Como era de esperarse, la señorita Mayor Zhao todavía estaba loca por el presidente Mu. A pesar de que se habían divorciado, todavía reservaba un lugar para él en su corazón.
Mientras Ye Yan observaba a Zhao Youlin caminando en dirección a Mu Tingfeng, sus ojos se estrecharon peligrosamente. Aunque lo que emergía de sus ojos no era una emoción consciente como la de otros, era más bien... que se regocijaba con la desgracia ajena.
Cuando Mu Tingfeng vio a Zhao Youlin caminando hacia él, también pensó que Zhao Youlin venía por él. No podía decir si se sentía más feliz o más perdido, era muy complicado.
Levantó ligeramente su mano derecha y estaba listo para acercarse a Zhao Youlin, solo para descubrir que ella ni siquiera lo miraba. Lo pasó directamente sin disminuir la velocidad ni por un segundo.
La mente de Mu Tingfeng quedó en blanco por unos segundos. Su mano, que estaba a punto de alcanzarla, se quedó rígida a unos centímetros de su cuerpo.
