Ling Ran obviamente no esperaba que las cosas resultaran así, y solo volvió en sí cuando el ascensor empezó a bajar. Se levantó y miró a su amigo preocupado. Luego, susurró —Joven Ye...
Ye Yan apretó subconsciente la mano que aún sostenía la bolsa de postre. Su rostro ligeramente pálido forzó una sonrisa —Estoy bien.
Ling Ran no dijo nada. 'Hermano, no pareces estar bien ahora mismo.'
Cuando Ling Ran estaba devanándose los sesos sobre cómo consolar a su buen amigo, una figura apareció primero en su campo de visión.
—Sr. Ye, nos encontramos de nuevo —Su He se acercó para saludar a Ye Yan. Su rostro mostraba una sonrisa educada y dulce.
Ye Yan se quedó atónito. Cuando recordó la situación en la que ambos habían almorzado juntos ese día, de alguna manera de repente se sintió un poco avergonzado —Srta. Su.
