El rostro de Ze'en ya no era tan humilde como había sido hace unos días. En su lugar, era feroz y retorcido por el odio.
La expresión de Li Tingfeng era colorida como si hubiera derramado tinte en su rostro.
—¿Qué dijiste? —En ese momento, Li Tingfeng finalmente se dio cuenta de que su hija, quien fingía ser lastimosa frente a él, no parecía ser tan inocente y bondadosa.
En ese momento, recordó que su esposa le había advertido que Li Ze'en había vuelto para vengarse de él.
Después de que la dignidad y la autoridad patriarcal de Li Tingfeng fueran provocadas por Li Ze'en, él reveló sus colmillos en humillación y regañó a Li Ze'en ferozmente, "Li Ze'en, ¿sabes lo que estás diciendo? ¿Me estás provocando? ¿Conoces las consecuencias de provocarme?"
Li Ze'en ya no era tímida y asustada. En cambio, miraba a Li Tingfeng con regocijo.
—Li Tingfeng, tu final ha llegado. ¿Lo sabías? —Ella lo llamó por su nombre, haciendo que Li Tingfeng se enfureciera.