El protagonismo de Li Tingfeng fue instantáneamente suprimido por Huo Xiaoran, y su rostro anciano pasó de rojo a verde.
Huo Xiaoran dejó con elegancia su tazón y palillos y echó un vistazo al pepino de mar y al abulón en la mesa. Dijo con indiferencia —Incluso si eres rico, no deberías gastar tanto dinero. Pareces un nuevo rico.
La cara de Li Tingfeng parecía como si le hubieran dado una bofetada fuerte.
—Xiaoran, sé que eres bueno ganando dinero. No tienes que arrastrar así el nombre de tu tercer hermano, ¿verdad? —dijo Li Tingfeng indignado.
Huo Xiaoran lo miró y le recordó —Tercer Hermano, abandonaste a tu esposa después de hacerte rico. Tu fortuna ya ha sido derrochada por ti.
Li Tingfeng se puso rojo de ira.
—Cuarto Hermano, ¿cómo puedes decir eso? —preguntó.
Huo Xiaoran no podía molestarse con él.
Huo Xiaoran hizo una señal a los niños a su lado.
—Bebés, vengan aquí —les dijo.