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Ella recibió a su segundo hermano y a su cuñada en la casa. A pesar de que Li Tinglei y la Segunda Señora provenían de familias acaudaladas, cuando vieron las lujosas decoraciones en el Jardín Imperial Celestial, como el reloj Rolex de edición limitada en el estante, que valía decenas de millones, y las deslumbrantes joyas raras, se veían incómodos.
En ese momento, se dieron cuenta profundamente de que Huo Xiaoran y Qiao An ya eran nobles a los que ellos no podían alcanzar.
Pero Qiao An les brindó la cortesía de estar en casa.
Ella personalmente les preparó té. El té de Li Tinglei era Longjing y el de la Segunda Señora era té de flores premium. Eran todos sus sabores favoritos.
La Segunda Señora era directa e inmediatamente elogió a Qiao An. —An'an, venir aquí con tu segundo hermano es toda una revelación. Afortunadamente, tú no eres alguien que desprecia a los pobres y ama a los ricos. Incluso nos serviste buen té. Realmente has calentado mi corazón.
