Lu Mo miraba a Huo Xiaoran sin expresión. Después de no verlo por unos días, había adquirido un aire más y más animado. Su rostro hermoso se había vuelto más blanco y con un ligero tono rojizo, lo que lo hacía parecer aún más encantador y diabólico.
Lu Mo no esperaba que mientras ella sufría en el infierno, Huo Xiaoran y Qiao An se hubieran reconciliado. No sentía culpa ni piedad por ella. En cambio, vivía de una manera tan ostentosa y su sonrisa era aún más seductora. Esto hizo que su amor por Huo Xiaoran se convirtiera en odio.
Ella quería arruinar sus vidas.
—Qiao An, Huo Xiaoran —de repente, pronunció sus nombres de manera siniestra. Ya no había amor, solo el aura de destrucción.
—Ustedes, uno engañó con su tío tras el matrimonio, y el otro traicionó a su prometida. Definitivamente sufrirán retribución —Lu Mo se reía como una loca.