La aguda y penetrante mirada de Huo Xiaoran se volvió hacia Qiao An, haciéndola estremecer.
Qiao An intentó liberarse de los brazos de Xiao Ming. Él le sonrió y le susurró al oído —¿Es él a quien no puedes olvidar?
Qiao An guardó silencio.
Xiao Ming continuó —Ya tiene una prometida. Como dijiste, este hombre es hipócrita y astuto. Tiene doble cara. No rechaza tus sentimientos, pero está enamorado de otras mujeres. Es un completo desgraciado. Hermana Qiao, ¿quieres que le dé una lección por ti?
Qiao An dijo —No te metas en mis asuntos.
Xiao Ming dijo —Eres solo terca.
Entonces, Xiao Ming tomó la mano de Qiao An, entrelazó sus dedos y levantó su mano para mostrarla a Huo Xiaoran —Hermana Qiao y yo queremos pasar un buen rato en tu boda. ¿Podemos?
Los ojos de Huo Xiaoran se volvieron instantáneamente fríos como la nieve.