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—¿No estabas presente cuando murió tu madre? Conoces la causa de su muerte mejor que nadie —dijo Li Tingye.
El guapo rostro de Li Xiaoran estaba frío mientras miraba a los hombres frente a él —Era joven en ese momento. Solo recuerdo que la Señora y mis hermanos entraban y salían furiosos de mi casa. Cada vez que venían, mi madre lloraba durante mucho tiempo. Entonces, ¿puedes decirme qué le dijiste a mi madre?
Los hombres no dijeron nada.
El Viejo Maestro Li dijo con seriedad —Xiaoran, los muertos no pueden revivir. Los vivos tienen que mirar hacia adelante. No es bueno vivir en el pasado y no poder salir de él.
Los ojos de Li Xiaoran se oscurecieron —Mi madre estuvo contigo un tiempo y no recibió tu protección hasta su muerte. No sé si debería decir que su gusto era malo o que tú eres frío y despiadado.
La cara del Viejo Maestro Li se puso ceniza. La aguda crítica de Li Xiaoran a su mayor lo hizo muy enojado.
