—Loco —dijo—, "An'an, llora si quieres".
Loco sabía cuánto amaba Qiao An a Li Xiaoran. Li Xiaoran era el único hombre que había amado en toda su adolescencia.
—Qiao An —dijo tercamente—, "¿No es solo una ruptura? No es para tanto".
—Loco le recordó a Qiao An con mucha calma: "Si tú y Li Xiaoran no pueden reconciliarse, tienes que pensar en el hijo que llevas en tu vientre. Si no tiene un padre, sufrirá muchos desprecios en el futuro. Qiao An, ¿por qué no me haces caso y... induces el parto mientras el niño aún es pequeño?"
—Qiao An sacudió su cabeza como un sonajero: "Coco, no me casaré en mi vida. Dejaré que este niño me acompañe en el futuro".
Loco también sabía que Qiao An tenía una personalidad obstinada. Una vez que decidía algo, ni diez vacas podrían detenerla, así que simplemente la dejó hacer.