—No, fue accidentalmente arañado por un gato —Li Zecheng no quería que su tío supiera acerca de su pelea con Qiao An. Después de todo, un buen hombre no pelea con mujeres. Aunque él estaba herido más seriamente, parecía que él estaba en el error.
—Entonces ve al hospital para que te pongan una inyección contra el tétanos —dijo Li Xiaoran.
—Pelee con Qiao An —Li Zecheng le lanzó una mirada fulminante sin poder hablar y solo pudo decir la verdad.
La cara de Li Xiaoran se puso lívida. Agarró un matamoscas y lo golpeó en la cabeza de Li Zecheng.
—Bastardo, un buen hombre no pelea con mujeres. ¿Todavía eres un hombre? —Li Zecheng se cubrió la cabeza y gritó airadamente.
—Yo no la golpeé. Ella me pegó —Li Xiaoran tiró el matamoscas en la mesa de centro y luego miró a Li Zecheng con una sonrisa, regodeándose.
—¿Por qué ella te golpeó?
¿Cómo podría Li Zecheng atreverse a decir la verdad? Li Xiaoran agarró el matamoscas nuevamente y amenazó a Li Zecheng.