Después de que Huo Xiaoran terminó de hacer el desayuno, los niños se sentaron en las sillas del comedor. Sin embargo, Qiao An todavía no bajaba.
—Ustedes coman primero. Yo se lo llevo a Mamá —dijo Huo Xiaoran.
Cuando Huo Xiaoran subió, escuchó a sus hijas hablando de él. —Mamá se levanta tarde. Papá no hace alboroto e incluso quiere enviarle el desayuno a Mamá a su habitación para que coma. Mañana, también podemos quedarnos en cama como Mamá.
—Ustedes no pueden quedarse en cama. Los niños pequeños tienen que dormir temprano y despertar temprano para recuperarse —les replicó Huo Xiaoran.
—Eso no es justo, Papá tiene doble estándar —gritó Angel.
—Vuestra mamá es mi esposa. Ella usó su vida para continuar mi línea familiar, así que naturalmente tengo que consentirla. Si quieren ser perezosas, estudien duro. En el futuro, cuando se conviertan en élites sociales, podrán encontrar un buen esposo que las consienta —dijo Huo Xiaoran.
