Cuando Ning Zhe regresó al coche con una expresión lívida, se encontró con la mirada expectante de Ye Xin.
—¡Papá!
Después de subir al coche, Ning Zhe le dijo al conductor:
—¡Conduce!
Ye Xin tiró de la manga de Ning Zhe y preguntó:
—Papá, ¿qué dijeron? ¿Viste a esa falsa Song Ning?
Ning Zhe se burló antes de decir con suavidad:
—Xiaxia, no tengas miedo. Con papá aquí, no importa incluso si te divorcias de Mu Chen. Sin embargo, no podemos dejar ir las cosas que nos pertenecen. Zhuang Ji es tuyo, ¡así que debemos recuperarlo! ¡La familia Mu mejor que no tenga intenciones sobre él!
La expresión de Ye Xin se volvió nerviosa mientras preguntaba:
—Papá, ¿no quieren reconocerme, verdad?
Ning Zhe le dio unas palmaditas en la mano a Ye Xin y la consoló:
—No te preocupes. Lo más importante ahora es sanar tus heridas. La familia Mu tendrá que darnos una explicación. ¡No permitiré que sufras!
