El corazón de Mu Qing dio un vuelco.
—¿Zhuang Ji aún no ha obtenido ningún beneficio hasta ahora? ¿Estás segura? ¿Revisaste los informes detenidamente? —Ye Xin asintió con confianza.
—Lo miré atentamente. Te dije que he estado revisando los informes todos los días, ¿no? La abuela dijo que está bien y que no hay prisa. Se necesita más de un día para construir un negocio. Ella dijo que una vez que establezcamos una base sólida, el negocio definitivamente mejorará en el futuro. Me dijo que me tomara mi tiempo para aprender y que no estuviera ansiosa. Creo que sus palabras tienen sentido. ¿Tú qué piensas? —Mu Qing asintió distraídamente.
—Te está enseñando tan sinceramente que tienes que ser diligente. Esta es tu carrera. Piénsalo. Con Zhuang Ji, ¿cómo podría Liang Zhou compararse contigo? Ella no tiene nada; no tiene derecho a competir contigo. Es solo una mujer lamentable que depende de un hombre. —Al escuchar esto, el corazón de Ye Xin se tranquilizó.
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