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—¡Bien hecho! Envíame los resultados. Este asunto es demasiado importante. Esto es genial —dijo con una sonrisa.
—¿Qué pasa? ¿Qué sucede con esa expresión? ¿Quién te ha hecho infeliz? —Mu Qing levantó una ceja y preguntó.
—Ese Ning Zhe no ha despertado después de tanto tiempo. Supongo que ya no hay esperanza de ese lado. A Su Tong y a su hijo ahora se les da la oportunidad de sentarse con la junta de directores en las reuniones. Está tan engreída por ello... —Liang Zhou preparó la mesa junto a la cama del hospital y dejó la comida mientras decía con desánimo.
—¿Sentarse durante las reuniones? —La mano de Mu Qing que sostenía los palillos se detuvo.
—¡Así es! Es solo sentarse durante las reuniones. No es que su hijo se haya unido a la junta de directores. ¿De qué está tan contenta? ¡Qué superficial! —Liang Zhou asintió.
