—El pecho de Mufeng ardía intensamente —dijo con voz ronca—. Si sigues mirando, algo malo va a pasar.
—Oh. —Jiang Xun murmuró y de repente levantó la cabeza para mordisquear su prominente manzana de Adán—. Comida, sexo.
—El fuego de Mufeng ardía más y más brillante. Cómo podía esta niña ser tan atrevida cuando estaba borracha.
—Se ve bien cuando se mueve. —Las yemas de los dedos de Jiang Xun tocaban suavemente su manzana de Adán y tomó otro bocado.
—Mufeng tomó una respiración profunda y dijo con voz ruda—. ¡Más te vale comportarte!
—Simplemente sostuvo a Jiang Xun fuertemente en sus brazos y no le permitió moverse.
—Ella estaba borracha y coqueta. ¡Era simplemente poco ético!
—Qin Mufeng, ¡suéltame rápido! —Jiang Xun protestaba en sus brazos. Su cara estaba retenida en su pecho y no podía mover todo su cuerpo en sus brazos. Su voz era amortiguada.
—Mufeng suspiró con cansancio—. ¿No puedes simplemente ver la Gala de Año Nuevo?