Tianqing dijo indignadamente:
—¿Por qué no podemos siquiera llamarte señor Qin?
—Sí —Kesi acordó, confundida—. ¿Llamarte 'señor Qin' también es inapropiado?
—Originalmente no, pero dado que Jiang Jiang quiere llamarme señor Qin, es inapropiado que otros me llamen señor Qin —Mufeng tenía una sonrisa tenue en los labios. Sus ojos tenían forma de medialunas cuando se volvió hacia ella—. Después de todo, este es el apodo que ella tiene para mí.
Jiang Xun:
...
¡Este hombre podía meterse su apodo por donde quisiera! ¡Todos le llamaban lo mismo!
—De hecho, ahora que lo pienso, que ella me llame señor Qin no está nada mal... —Mufeng ya se había engañado a sí mismo pensando que esta era la realidad—. Las esposas normalmente presentan a sus maridos a los extraños de esta manera... —Mufeng hizo una pausa por unos segundos. Las comisuras de sus labios se curvaron hacia arriba—. De hecho, nada mal.