Huo Xishen regresó a su habitación y vio que Yan Jinyi ya estaba desparramada por toda la cama con un esqueleto de aspecto espeluznante a su lado.
Su cama era grande y aun después de que Yan Jinyi se acostara sin restricciones, aún había espacio para él en la cama.
—Tienes intereses similares a los de mi hermano mayor.
—Desafortunadamente, Huo Chengyu pertenece a Shen Yan. Tu hermano me la robó, es un ladrón —dijo Yan Jinyi con un suspiro.
Huo Xishen apretó los labios. —¿Ella me está engañando abiertamente, eh? ¿Y la otra parte es Shen Yan?
—Mi esposa, ¿planeas ir a dormir con este esqueleto?
Yan Jinyi hizo todo lo posible por extender su brazo para tocar la cabeza del esqueleto. —Es solo un hábito especial mío. Tendré insomnio si no duermo junto a él.
Después de decir eso, Yan Jinyi ajustó su posición. —Esta cama solo es lo suficientemente grande para mí y mi bebé. Señor Huo, te tendré que molestar para que duermas en el sofá esta noche.