—¿Quién iba a saber que Xia Qingyang y Lu Qi estarían detrás de la puerta?
—Hermana mayor —llamó Xia Qingyang, sonriendo de oreja a oreja—. ¿Ya llegaste a casa? ¿Has comido?
Mientras hablaba, intentó entrar en la casa.
Sin embargo, Xia Qingwei los detuvo justo en la puerta. —¡¿Por qué están aquí! No son bienvenidas aquí!
—Hermana mayor, por favor no digas eso. Eres mi hermana mayor, he venido a visitarte a ti y a Man Man —dijo Xia Qingyang sonriendo como si intentara congraciarse con Xia Qingwei.
Xia Qingwei frunció el ceño. —No tienes que hacerlo. No has venido en diez años, tampoco necesitas venir ahora.
Después de hablar, Xia Qingwei cerró bruscamente la puerta en sus caras.
Xia Qingyang empujó apresuradamente la puerta. A su lado, Lu Qi también ayudó.
—Hermana mayor, por favor no hagas esto, al fin y al cabo somos hermanas. He traído a Qi Qi también a visitarte, por favor déjanos entrar —dijo Xia Qingyang.