Lu Man estaba tensa, su cuerpo rígido y solo podía quedarse quieta. Además, ahora tenía la oportunidad de interactuar libremente con Han Zhuoli y estar muy cerca de él, así que Lu Man no podía controlar su propio corazón.
Así que pensó que podría considerarlo como darse un pequeño postre.
—Lu Man —después del largo silencio que casi sofocó a Lu Man, pudo escuchar la voz de Han Zhuoli junto a su oído.
—¿Ah? —Justo cuando Lu Man giró la cabeza, el dedo de Han Zhuoli tocó sus labios.
Pudo oler el aroma a menta en él y cuando los dedos ligeramente ásperos le rozaron los labios, estos se le adormecieron al instante.
Después de eso, cuando Han Zhuoli retiró la mano, vio que había un grano de arroz en uno de sus dedos.
—Estaba pegado en tus labios —explicó Han Zhuoli, sin cambiar su expresión facial.
Inmediatamente después, Lu Man observó con los ojos muy abiertos cómo Han Zhuoli tomó el grano de arroz que había estado en su labio antes, y se lo puso en su propia boca.