—No me mires así. Me disculpo. Lo siento —dijo Zhu Sui apresuradamente.
—Dios mío, Zhu Sui, ¿por qué eres tan cobarde? —le preguntó perpleja Shen Yu.
—No es que sea un cobarde, lo entenderás después de pasar más tiempo con ella —respondió Zhu Sui impotente.
—Hermana Ling, eres increíble. Enséñame. Ya no quiero ser sometido por mi hermano —exclamó Shen Zhao con ojos estrellados.
—Ahórratelo. No puedes aprender el aura de la Señorita Zhu —dijo Shen Yu despectivamente.
Jing Yao tenía una sonrisa en su rostro mientras los veía hablar y reír. Estaba un poco nerviosa porque era su cumpleaños, pero se relajó mucho.
Al ver esto, Liang Xun se alegró de no haber invitado a nadie más. Estas eran todas personas que Jing Yao conocía, así que no se sentiría incómoda.