Desde estudiantes peleando hasta disputas entre familias adineradas, los internautas observaban los cotilleos con deleite. Pero la noticia fue pronto eliminada, y el momento en que se difundió la noticia fue por la mañana, por lo que no causó un gran alboroto.
Aun así, muchas personas sentían algo de lástima por los hijos ilegítimos, y cada vez odiaban más a esos descendientes de familias adineradas que hacían maldades porque sus familias tenían dinero.
Dentro del salón privado del club privado...
Cheng Lan estaba añadiendo sándalo en un quemador de incienso con unas tenazas. —¿Todavía vas a cuestionar mi capacidad ahora?
Jiang Fengya estaba sentada frente a ella. En la superficie, parecía tranquila, pero su corazón rebosaba de alegría. No había dormido desde la noche anterior y había estado navegando por las noticias toda la noche. Al ver cómo todos atacaban a Song Fengwan, se sintió extremadamente feliz y satisfecha.
—Señorita Cheng, ¿cómo piensa ayudarme? —preguntó.
