—Song Jingren, ya te lo he dejado muy claro. ¿Tiene algún sentido que me acoses? —De pie en el patio, Qiao Aiyun estaba furiosa.
—Sé que te he defraudado. Hemos estado casados por más de veinte años. ¿No hay espacio para reconciliarnos?
—Me engañaste con otra persona y hasta tuviste un hijo ilegítimo. Te di tiempo para solucionarlo. Pero ¿qué hiciste? ¿Cómo pudiste usar a Fu Yuxiu para lidiar conmigo? ¿Me dejaste alguna salida? —Qiao Aiyun aún temblaba de ira al pensar en esto.
—Fue una emergencia en su momento. ¡Después de todo, Fengya es aún una niña! Ya se ha arrepentido y ha pagado el precio por ello. Y después de eso, no intervine más.
—Fu Chen lo manejó personalmente. ¿Tú incluso tienes la habilidad de interferir? —Qiao Aiyun soltó una risa sarcástica.