Residencia de los Fu, en la mesa del comedor...
Yu Manxi no hablaba mucho. Básicamente eran la Anciana Madam Fu y Dai Yunqing las que conversaban.
—Pequeña Yu, ¿qué planes tienes para la tarde? —La Anciana Madam Fu solo tenía una hija, y estaba casada lejos, así que siempre tenía más paciencia con las chicas.
—Nada. —Yu Manxi no sabía cuándo terminaría de comer en la residencia Fu, así que había pedido el día libre en el trabajo.
—Si estás libre por la tarde, ven conmigo a ver ópera. Yunqing, ¿vendrás también? —preguntó la Anciana Madam Fu.
—Está bien. —Dai Yunqing asintió con la cabeza.
Yu Manxi no era aficionada a la ópera y tampoco entendía el idioma de la ópera de Pekín. Pero ya que la Anciana Madam Fu había hablado, definitivamente tenía que aceptar.